EL LHC


El LHC comenzó a realizar las primeras colisiones de partículas a finales de noviembre de 2009, después de que un verdadero ejército de físicos, ingenieros y obreros pasaran casi 20 años diseñando y construyendo lo que se convertiría en el acelerador de partículas más grande del mundo. Tres semanas más tarde, comenzaron a acelerarse protones -una de las partículas del grupo de los hadrones- con energías cercanas a los 1,18 TeV. Este valor es el más alto jamás alcanzado en un acelerador.

 

Cerca de 100.000 colisiones de este tipo fueron registradas, y sus datos analizados por la red de ordenadores que asiste al LHC. El CMS es uno de los dos detectores que posee el acelerador dedicados a lo que los físicos llaman «experimentos propósito general». Está diseñado para visualizar una amplia gama de partículas y los fenómenos producidos durante las colisiones de alta energía. El análisis de los datos recogidos por esta máquina debería ayudarnos a responder cuestiones del tipo «¿de que está construido exactamente el universo y qué fuerzas actúan en su interior?»

 

Si bien se trata de física pura, el CMS resolverá -si todo sale como se espera- algunas cuestiones filosóficas que han torturado a la humanidad durante siglos. Además, posibilitará medir las propiedades de las partículas descubiertas anteriormente con una precisión sin precedentes, a la vez que descubre características nuevas. Este tipo de investigación no sólo sirve para aumentar nuestra comprensión del universo, sino que a menudo proporciona las bases para el desarrollo de nuevas tecnologías que potencialmente tienen el poder de cambiar el mundo en que vivimos.

«Respuestas revolucionarias»

Nada de esto ha ocurrido ahora -los resultados obtenidos solo han confirmado cuestiones que ya se conocían- , pero los científicos están exultantes con el funcionamiento del remendado LHC. Un pesimista podría decir que no se ha descubierto nada que no supiéramos, pero lo cierto es que se han obtenido resultados que confirman que la física actual es -al menos hasta donde el acelerador puede confirmarlo- correcta. Y eso no es poca cosa.

 

«Es fantástico ver cómo funcionan los sensores de silicio del CMS. Dos décadas han pasado desde la concepción de esta maquina hasta que logramos hacerla funcionar. Ahora comienza una fase en la que el LHC comenzará a dar respuestas que pueden ser revolucionarias», dice el profesor Virdee del Imperial College de Londres, que ha participado de los experimentos. En los próximos 18 meses, los científicos realizarán experimentos con energías cada vez más altas, hasta alcanzar los 3,5 TeV. Estos niveles de energía son los que permitirán obtener las respuestas que buscan.